Hoy celebramos 38 años de compromiso inquebrantable con la niñez y la adolescencia de Costa Rica. En estas casi cuatro décadas, la Fundación PANIAMOR ha impulsado cambios significativos en la manera en que como sociedad entendemos y protegemos los derechos de las personas menores de edad.
Hemos sido testigos de avances notables: leyes que han ampliado el fuero jurídico y social de protección de las infancias y las adolescencias; una mayor conciencia sobre la importancia de la crianza respetuosa; políticas públicas que reconocen la voz de niñas, niños y adolescentes y comunidades más activas y comprometidas en la prevención de las violencias que amenazan el desarrollo integral y óptimo de las personas menores de edad. Estos logros nos confirman que el camino recorrido ha valido la pena y nos inspiran a seguir adelante.
Sin embargo, también reconocemos con claridad los enormes desafíos que persisten en esta coyuntura política, social y económica del país.
La pobreza y la desigualdad crecientes; el debilitamiento de las familias como espacios de contención, de seguridad y de desarrollo; las brechas en el acceso a la educación y salud de calidad; la preocupante afectación de la salud mental de las personas menores de edad sin una respuesta estatal suficiente y la creciente exposición a violencias —muchas de ellas facilitadas por entornos digitales— son realidades que golpean con más fuerza a quienes deberían gozar de una infancia y adolescencia plenas.
En un contexto de tensiones sociales y limitaciones institucionales, nuestro compromiso se vuelve aún más necesario, porque sabemos que el bienestar de cada niña, niño y persona adolescente es el reflejo más honesto de la salud de nuestra democracia, nuestro Estado de Derecho y de nuestro futuro como nación.
De cara al porvenir, reafirmamos nuestra misión y visión con renovada esperanza. Creemos firmemente que, si unimos aún con mayor intención y propósito nuestras voluntades y construimos alianzas sólidas entre sociedad civil, Estado, sector privado y comunidades, podemos transformar la realidad de la niñez y la adolescencia. Apostamos por un futuro en el que cada persona menor de edad tenga la oportunidad de crecer libre de violencia, con igualdad de oportunidades y con la certeza de que sus sueños cuentan.
En este aniversario, miramos hacia adelante con la convicción de que los próximos años serán de nuevas conquistas para la justicia social y la cultura de paz en Costa Rica.