El Programa Seguras y Fuertes de la Fundación PANIAMOR ha diseñado el contenido conceptual de la estrategia de comunicación para desarrollarla en medios y redes sociales a nivel nacional, a través de 8 videos, 7 infografías y una guía informativa dirigida a personas cuidadoras, cuya aspiración es que representantes de instituciones gubernamentales y no gubernamentales se sumen a su divulgación y utilicen los materiales con las personas cuidadoras de las personas adolescentes, como parte de los esfuerzos que realizan.
El objetivo de esta campaña es ofrecer información relevante a las personas con rol de cuidado de las personas adolescentes para que elijan acompañar, de manera informada, respetuosa y afectiva, el desarrollo psicosexual, el cuidado de la salud sexual y la salud reproductiva de las adolescentes mujeres, promoviendo una vivencia plena, responsable, saludable y segura de su sexualidad en ambientes de buen trato, con enfoque de derechos humanos, de género, según su curso de vida.
Esta campaña se ha construido mediante diversos instrumentos y metodologías de consulta y participación de actores claves como son: personas cuidadoras, adolescentes mujeres, adolescentes varones, representantes de instituciones gubernamentales y no gubernamentales quienes expresaron sus necesidades y aportaron su experiencia para el diseño de ideas comunicativas.
Con esta campaña queremos inspirar a personas cuidadoras tales como madres, padres, tías, tíos, y otras para hablar y crear vínculos con las personas adolescentes. De esa forma, las personas cuidadoras tienen recursos y pueden sentirse acompañadas en esa labor formativa y de aprendizaje en procura del bienestar de las personas adolescentes, por las instituciones públicas y organizaciones no gubernamentales a través de información y recursos para guiar sobre los derechos a una salud sexual y salud reproductiva y a vivir vidas libres de violencia.
Hemos encontrado, a partir de los grupos de consulta realizados para el diseño de esta campaña, que el ambiente de conexión, cercano, cómplice e íntimo es clave para lograr una comunicación humana entre las personas adolescentes y sus personas cuidadoras sobre el tema de SSSR y protección ante las violencias.
Justificación de la Campaña
Esta campaña, se suma a los esfuerzos realizados a nivel país, que posee un robusto marco jurídico que respalda los servicios en materia de Salud Sexual y Salud reproductiva, por ejemplo la implementación de los Programas de Educación para la Afectividad y Sexualidad Integral del MEP, el desarrollo del Plan Estratégico Nacional de Salud de las Personas Adolescentes, la articulación de las ofertas institucionales de atención a las personas adolescentes mediante el Consejo Interinstitucional de Atención a la Madre Adolescente (CIAMA), la Política Nacional de Sexualidad, y de esta forma, busca contribuir con la reducción de la tasa de embarazos en la adolescencia, con el incremento en las denuncias por relaciones impropias como factor violatorio del derecho a una vida libre de violencia y detonante del embarazo en la adolescencia.
La campaña se alinea con lo establecido por la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN); los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular con los ODS: 1, 3, 5, 17 y la Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés). Además de las normas nacionales, directrices y decretos, políticas, planes y estrategias y lineamientos y circulares de los servicios de salud costarricenses.
Reconocemos, no obstante que queda mucho camino por recorrer, en las violencias que experimentan las adolescentes mujeres en relación con su salud sexual y salud reproductiva.
Algunos datos del contexto costarricense
-Nacimientos en personas adolescentes: Si bien las tasas de nacimientos en adolescentes, han decrecido considerablemente en los últimos 20 años, persisten altos porcentajes de casos donde no se reportan los datos del padre no declarados y la edad del padre, siendo un 83,3% en el 2021 para las adolescentes de 15-19 años y un 90,8% para niñas y adolescentes menores de 14 años, por lo tanto es muy problable que la mayoría se están dando en el marco de una relación impropia. (UNFPA, 2021).
-Segundo embarazo en la adolescencia: si bien la tasa de nacimientos en el primer embarazo tiene una tendencia a la baja en nuestro país, es preocupante que la tasa de embarazos en las adolescentes con dos o más hijos tiene una tendencia a subir, de manera que entre las adolescentes de 15 a 19 años que tuvieron un parto en el 2020, el 12,3% indicaron tener dos hijos o hijas, mientras que el 1,1% reportó tres o más hijos o hijas. En el grupo etario de 14 años o menos, tres adolescentes reportaron tener ya dos hijos o hijas (UNFPA, 2021).
- Violencia en la crianza y abuso sexual: El Hospital Nacional de Niños reportó que entre el año 2000 y el 2012, de los 223 casos ingresados por abuso sexual, en 184 las víctimas fueron niñas.
Barreras para la educación sexual y reproductiva
Entre las barreras para el ejercicio de los derechos en materia de salud sexual y salud reproductiva de las adolescentes mujeres se encuentra factores como la falta de información confiable y libre de mitos sobre su sexualidad y la prevención del embarazo, escaso fomento del autoconocimiento de sus cuerpos y de su cuidado, el desconocimiento del derecho y posibilidades que tienen al derecho sobre el acceso de los método anticonceptivos y de protección de infecciones de transmisión sexual en los servicios de salud.
Otras barreras que se encuentran para el ejercicio del derecho a vivir libres de violencia se encuentran los estereotipos de género que impiden la protección de los abusos y las violencias, manifestadas por ejemplo en las relaciones impropias.
La violación de los derechos humanos y las manifestaciones de la desigualdad por razón de género varían según el contexto, por ejemplo, la sexualización de las niñas y las adolescentes, la denegación del acceso de las niñas y las adolescentes a aspirar metas más allá del espacio doméstico y del cuidado, y las relaciones impropias en el caso de nuestro país.
Importancia de la educación sexual
Existen pruebas significativas del impacto positivo de la educación en sexualidad sobre el comportamiento sexual y la salud. Es clave entender que la educación sexual no promueve las actividades sexuales, como algunos piensan. Por el contrario, se ha demostrado la eficacia de los efectos positivos de la educación integral de la sexualidad para las personas adolescentes:
a. El aumento de los conocimientos mejora la actitud en relación con la SSSR
b. Los programas curriculares en Sexualidad Integral pueden retrasar la edad en que se empieza a tener relaciones sexuales
c. Disminuir la frecuencia y número de parejas sexuales
d. Reducir los riesgos
e. Incrementar el uso de métodos de protección como el condón masculino y femenino.