El Castigo físico es parte de la vida cotidiana de muchas niñas y niños alrededor del mundo. Se ha instituido, en un número importante de países, como una práctica de crianza, que las personas responsables del cuido de niñas y niños deben realizar para asegurar el debido cumplimiento de las normas sociales establecidas en la colectividad. Una madre o padre que no lo hace, estaría incurriendo en el riesgo de no
educar, de manera adecuada, a sus hijas e hijos. La normalización del castigo físico ha generado, históricamente, que se le invisibilice como violencia y, aún más, como el incumplimiento de derechos fundamentales de las niñas y los niños.