ECPAT International y sus socios desarrollarán un taller regional fundamental para que los actores de instancias defensoras de la protección infantil colaboren e impulsen acciones colectivas contra la explotación y el abuso sexual infantil en las Américas.
Este encuentro, que tiene lugar del 3 al 7 de junio de 2024 en San José, Costa Rica, es el cuarto de una serie de seis talleres regionales que reunirán a miembros de ECPAT, funcionarios gubernamentales, representantes de la sociedad civil, académicos, el sector privado y personas expertas. El taller se celebra en un momento crucial, coincidiendo con la reunión anual del Grupo de Acción Regional de las Américas (GARA) en Costa Rica, prevista para la misma semana y organizada por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
El segundo día del evento de San José, ambas reuniones convergerán para exponer la imperiosa necesidad de una estrategia intersectorial en la lucha contra el abuso y la explotación sexual infantil. Un punto central será la participación de los sectores privados que trabajan en las industrias turística y digital. Este momento crucial ofrece una plataforma única para que los defensores de la protección de la infancia de toda la región intercambien prácticas prometedoras, forjen alianzas y elaboren estrategias innovadoras para hacer frente a la explotación y el abuso sexual infantil en las Américas.
«Las tecnologías, la migración, las crisis humanitarias, la delincuencia y el cambio climático han cambiado drásticamente la forma en que los niños son explotados sexualmente en todo el mundo, incluidas las Américas», afirma Guillaume Landry, Director Ejecutivo de ECPAT International. «Este taller ofrece una oportunidad para que los diversos sectores dedicados a poner fin a la explotación sexual de los niños alineen su comprensión de las tendencias actuales en toda la región y garanticen que las estrategias y los enfoques sigan siendo pertinentes en un mundo que cambia rápidamente.»
A lo largo de cinco días, las personas participantes entablarán debates sobre áreas claves en el abordaje de la explotación sexual infantil, tales como: la protección de la infancia en los viajes y el turismo y en el mundo digital, las culturas de protección de la infancia dentro de las organizaciones y la exploración del impacto de las crisis humanitarias en la explotación sexual de niñass, niños y personas adolescentes.
“La protección integral de los derechos de las personas menores de edad y la prevención de su explotación sexual comercial son responsabilidad de la sociedad en su conjunto. Si bien el Estado es el primer obligado en prevenir y responder, el sector privado y la sociedad civil tenemos una responsabilidad fundamental en articular acciones efectivas que reduzcan la vulnerabilidad de esta población ante este flagelo social que amenaza su salud, su desarrollo y sus vidas”, señala Oscar Valverde Cerros, Director Ejecutivo de Fundación PANIAMOR y agrega: “El escenario es complejo, hay muchos frentes por cubrir en esta lucha y solo juntas y juntos, desde nuestras responsabilidades y capacidades complementarias vamos a poder impactar las condiciones políticas, sociales, culturales y económicas en nuestra región”.
Al reunir a diversas partes interesadas, no solo estamos fortaleciendo las redes de la sociedad civil, sino también amplificando nuestra voz colectiva en la defensa de los derechos y la protección de la niñez y la adolescencia en las Américas y más allá. Los conocimientos adquiridos y las estrategias desarrolladas durante este taller allanarán el camino hacia un presente y un futuro más seguro para todas las personas menores de edad..
Acerca de la explotación y el abuso sexual infantil
La magnitud del problema
- La explotación sexual infantil es un problema generalizado y global que alcanza a todos los países y regiones con un impacto alarmante.
- La explotación y el abuso sexual infantil no conocen fronteras socioeconómicas, culturales, de edad o religiosas, y afectan tanto a niñas como a niños, tanto en zonas urbanas como rurales.
- Las estimaciones a escala presentadas en los informes nacionales elaborados por Disrupting Harm muestran que, en algunos países, hasta el 20% de las personas menores de edad fueron víctimas de explotación y abuso sexual en línea en los 12 meses anteriores. Esto significa que, en 13 países, alrededor de más de 5 millones de usuarios de Internet de entre 12 y 17 años sufrieron abusos sexuales en línea solo en 2021.
- Datos recientes de la Internet Watch Foundation muestran un aumento espectacular en el número de páginas web en Internet que muestran a las personas menores de 10 años que son seducidas, manipuladas o coaccionadas por un agresor para que actúen sexualmente.
- Las personas menores de edad representan el 35% de todas las víctimas identificadas de la trata, y las estimaciones mundiales sobre las formas modernas de esclavitud indican que hay 3,3 millones de niñas, niños y adolescentes sometidos a trabajos forzados, de los cuales más de la mitad están atrapados en la explotación sexual comercial.
El impacto en los niños
- La explotación y el abuso sexual infantil infligen a sus víctimas daños graves y duraderos, como traumas físicos, psicológicos y emocionales.
- Las personas menores de edad no suelen revelar los casos de explotación y abusos sexuales por falta de confianza o miedo a ser culpados, lo que subraya la importancia de generar confianza entre los padres y los proveedores de servicios.
- El abuso y la explotación sexual infantil es una de las formas más graves de violencia contra niñas, niños y adolescentes, ya que altera su desarrollo normal y les roba su seguridad y su sensación de bienestar, con consecuencias que pueden persistir en la edad adulta.
- Se ha demostrado que la explotación y el abuso sexual infantil provocan una gran autoculpabilización y autocrítica entre las personas menores de edad víctimas y supervivientes, lo que subraya la necesidad de dejar de centrar la atención en ellas.
Las causas profundas
- Numerosos factores contribuyen al problema de la explotación sexual infantil, como los desequilibrios de poder, las desigualdades, la discriminación, la pobreza, la falta de educación, las normas culturales, las normas de género, las crisis humanitarias y los desplazamientos, y las lagunas sistémicas en los mecanismos de protección de la infancia.
- El auge de la tecnología también ha facilitado nuevas formas de explotación y abuso sexual infantil, con plataformas en línea que proporcionan a los perpetradores nuevas vías para abusar sexualmente y explotar a las personas menores de edad, a través de la captación, producción y distribución de imágenes y materiales de abuso sexual infantil.
- Falta de concienciación y educación: Muchos niñas, niños y adolescentes y personas cuidadoras carecen de conocimientos adecuados sobre las medidas de seguridad en línea y los signos de explotación sexual, lo que les hace vulnerables a la manipulación y las coacciones.
- Las niñas, niños y adolescentes del siglo XXI crecen en un mundo digital. Sin embargo, Internet no se diseñó pensando en la seguridad de las personas menores de edad, ya que muchas de sus características inherentes, especialmente en las plataformas de las redes sociales, presentan escenarios de alto riesgo para ellas. Esto, unido a los rápidos avances tecnológicos como el aumento de la Inteligencia Artificial Generativa (IA), aumenta aún más los riesgos de abuso y explotación en la plataforma.
- La educación sexual integral sigue siendo una necesidad crítica para la niñez, pero su accesibilidad y amplitud son alarmantemente deficientes. A pesar de sus consultas, las personas menores de edad a menudo se ven privados de la información crucial que necesitan y buscan.
Retos a la hora de abordar los problemas
- El estigma, la vergüenza y el miedo a las represalias impiden a menudo que las víctimas/sobrevivientes busquen ayuda o denuncien los abusos, perpetuando una cultura del silencio en torno a esta cuestión.
- Las investigaciones de Disrupting Harm indican que las niñas, niños y adolescentes que han sido víctimas de explotación y abuso sexual infantil en línea rara vez denuncian sus experiencias a la policía o a las líneas de ayuda; la mayoría de las veces lo hacen a personas que conocen y en las que confían, en particular compañeros y familiares.
- El acceso a los recursos y a la justicia sigue siendo difícil para las personas menores de edad debido a la ausencia de procedimientos formales, lo que hace necesaria la movilización de las familias, las comunidades y los actores informales para salvar la brecha.
- Los marcos jurídicos inadecuados, la escasez de recursos y la debilidad de los mecanismos de aplicación de la ley obstaculizan los esfuerzos de prevención y respuesta eficaces y dejan grandes lagunas a la hora de exigir responsabilidades a los autores.
Explotación y abuso sexual infantil en Costa Rica
- Según datos del PANI, durante el 2023, mediante la plataforma 911 se captaron 3.494 reportes de diversos abusos de tipo sexual contra menores de edad. Esto representa un promedio de casi 10 denuncias por día de una población que suma aproximadamente 1,2 millones de costarricenses. Esta cifra ha sido similar en el último quinquenio, solo superada en los años 2019 y 2020, cuando los registros superaron los 4.200 casos.
- Los datos evidencian la persistencia y arraigo de diversas manifestaciones de abuso y explotación sexual de personas menores de edad. Solo en 2022 el Poder Judicial reporta más de 9100 denuncias relacionadas a delitos de tipo sexual contra personas menores de edad entre los que se abusos sexuales, difusión de material audiovisual de abuso sexual, corrupción de menores, entre otros.
- Según la Encuesta Kids Online 2023, desarrollada por la Fundación PANIAMOR en alianza con el Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad de Costa Rica, 12 de cada 100 adolescentes dicen haber recibido un mensaje con contenido sexual, de los cuales el 40% dijo que provenía de adultos, mientras que el 24% no conocía la edad del remitente.
- En esa misma encuesta, 13 de cada 100 adolescentes indicaron haber tenido contacto con personas desconocidas a través de Internet y alrededor de 5 de cada 100 se encontró personalmente con ellas, lo cual constituye un altísimo riesgo para la trata, la explotación sexual y otros hechos violentos que atentan contra su dignidad, integridad y su vida.